CAPÍTULO 9: ASPECTOS PRODUCTIVOS
1. Actividad minera:
Esta actividad no se realiza dentro del área en estudio, pero se la menciona aquí por la incidencia que tuvo sobre ella.
La producción minera fue hasta 1880 la base de la economía catamarqueña, exportando por sumas de dinero superiores al presupuesto provincial; pero por falta de adopción tecnológica, en la década siguiente decayó hasta casi desaparecer (Argerich et al, 1978; S. de Desjardins, 1978), quedando una minería a muy pequeña escala y totalmente descapitalizada.
En 1970 la participación de la minería en el Producto Bruto Interno provincial era del 4,5% y, en la producción total minera del país, del 1,7% en volumen y 0,58% en valor. (S. de Desjardins, 1978). Para 1978 descendió aún más, aportando a la Nación el 0,55% en volumen y el 0,18% del valor total nacional (INDEC, 1982) y, habiendo sido la primer provincia minera de la República Argentina (S. de Desjardins, 1978), pasó a ocupar el vigésimo lugar; es decir, el antepenúltimo. Durante el período 1980 - 1990 su participación en el Producto Bruto Geográfico fluctuó entre el 2,4% en 1980 y el 0,64 en 1988, siendo el promedio de 1,09% (CFI-DEC, 1982).
La producción promedio para el período 1991 - 1993 fue de 562.885 toneladas, correspondiendo el 98,60% de ellas a rocas de aplicación (fundamentalmente calizas), en tanto que la producción de metalíferos, obtenidos en su totalidad en el departamento Belén, y de No Metalíferos (de entre los cuales el departamento Andalgalá aporta la totalidad de la rodocrosita) es ínfima (Tabla 19).
Actualmente y como fue señalado en la introducción, hay una fuerte reactivación de la exploración y explotación minera y se espera que la provincia vuelva a estar entre los primeros puestos en el orden nacional, particularmente en la producción de cobre, oro y plata.
Sin embargo, los riesgos ecológicos pueden ser altos y ya se ha señalado una segura competencia por agua subterránea entre el desarrollo de la minería, la agricultura (Plan estratégico consensuado, 1995) y las necesidades crecientes para el consumo humano.
Tabla 19: Producción minera en toneladas (promedio para el período 1991-1993).
Producto
|
Toneladas
|
Origen
|
Oro
|
0,53
|
Departamento Belén
|
Plata
|
5,43
|
Departamento Belén
|
Rodocrosita
|
39,30
|
Departamento Andalgalá
|
Mica
|
39,46
|
Departamento Ambato
|
Yeso
|
7.750,00
|
Departamento El Alto
|
Piedra Laja
|
200,00
|
Varios
|
Arena
|
2.000,00
|
Varios
|
Canto rodado
|
2.166,00
|
Varios
|
Caliza
|
550.684,30
|
Varios
|
Fuente: Dirección de Estadística y Censos.
2. Explotación forestal. (Fotogr. 28 a 34)
La explotación forestal ha estado íntimamente vinculada a la minería ya que los ingenios (establecimientos donde se realizaba la molienda del mineral) se ubicaban allí donde hubiera abundante provisión de combustible (leña), trasladándose a otro sitio cuando agotaban el recurso forestal.
En los siglos XVIII y XIX (hasta 1860) los principales centros mineros estuvieron en el Valle de Santa María y en los departamentos Belén y Andalgalá (S. de Desjardins, 1978), pudiendo observarse aún "montañas" de escoria semifundida en las proximidades de Pipanaco, Amanao, Pilciao y La Isla. Estas poblaciones corresponden al Bolsón de Pipanaco, estando ubicadas en la Bajada del Piedemonte oriental y septentrional y en el Campo de derrame. Este último Paisaje es el que tiene la mayor superficie boscosa y, por tanto, el que más combustible proveyó a las minas.
Fotogr. 30: Bosque talado en las proximidades de Pilciao, donde antiguamente funcionó un ingenio.
Fotogr. 30: Bosque talado en las proximidades de Pilciao, donde antiguamente funcionó un ingenio.

Fotogr. 31: Bosque talado en las proximidades de Puesto San Antonio, ex obraje

Según testimonios del Sr. Luis N. Valdéz - compilador de datos históricos en Andalgalá - recogidos por el extinto Agrónomo de Zona, Sr. Jaime Juan Ciotti (1975), la presión de extracción sobre los bosques comenzó a ejercerse con severidad a partir de 1650. En ese año los jesuitas tomaron el control de la actividad minera, que ya venía siendo practicada en forma rudimentaria, desde épocas pre-hispánicas.
El principal producto que se extraía de las minas era el cobre y para su fundición se empleaba leña de algarrobos y retamos.
La explotación forestal fue en todos los casos a tabla rasa, asimilando el recurso renovable al no renovable. Esta situación, con grados de intensidad decreciente, persistió en forma activa hasta 1912; pero a partir de 1910 se introdujo en la región el ferrocarril que, al igual que el cobre, requirió de algarrobos y retamos para su funcionamiento y constituyó también una importante vía de saca de productos forestales diversos.
Así, fueron algarrobos y retamos del centro-oeste catamarqueño los que, entre 1948 y 1960 principalmente, contribuyeron con unos 16.000.000 de postes (30.000 toneladas anuales) a levantar los viñedos de las provincias cuyanas (Ciotti, 1975).
La madera restante se destinaba a carbón (60%) y parquet. De ésta, sólo un 30% se transformaba en parquet semielaborado (con mercado principal en Córdoba, donde se terminaba de elaborar aumentando así su valor agregado). El "desperdicio" (recortes, despuntes, etc.) se destinaba al cocido de ladrillos. Hasta 1970, el principal consumidor del carbón producido en el Bolsón de Pipanaco fue la planta siderúrgica Altos Hornos Zapla, de la provincia de Jujuy. Con posterioridad a esa fecha no se obtuvieron volúmenes ni calidad suficiente.
Los mayores obrajes estuvieron localizados en el Campo de derrame, dando origen a los Puestos San Antonio, Tucumanao y otros menores cuyos pobladores todavía utilizan el algarrobo a nivel comercial a pequeña escala, bajo las formas de leña y carbón. Como se señaló al describir la vegetación del Campo de derrame, el bosque ya ha perdido su capacidad maderera, predominando los individuos decrépitos, enfermos o los muy jóvenes.
Desde una perspectiva ecosistémica, el bosque actuaba como dominante ecológico, manteniendo la estabilidad general del ambiente natural y aportando numerosos beneficios no comercializables:
- por su carácter freatófito, mantenía deprimidos a los acuíferos y su erradicación provocó, en los lugares más próximos al centro del Bolsón, la salinización de los suelos (Vervoorst, 1954).
- como casi todas las Leguminosas, los algarrobos tienen la particularidad de fijar nitrógeno, que el árbol toma a cierta profundidad y que luego, al perder las hojas, aporta al horizonte superficial. Según diversas estimaciones, tal aporte equivale a fertilizar con entre 100 y 400 Kg de nitrógeno por ha y por año (Karlin y Díaz, 1984); por lo tanto, la destrucción del bosque tiene también el efecto de deteriorar las condiciones físicas, químicas y biológicas de los suelos (menor contenido en materia orgánica, nutrientes y capacidad de retención hídrica), con lo que también el estrato herbáceo resulta afectado.
- por su abundante follaje de verano, el árbol ejerce un importante efecto de sombreado protegiendo al suelo del recalentamiento y restringiendo la evaporación de agua. La transpiración, estimada para la región en un equivalente de 400 mm/año por individuo adulto (Morello, 1955), aumenta la humedad ambiental y provoca un descenso de la temperatura, creando condiciones de hábitat más agradables para la existencia humana.
- el bosque en su conjunto atenúa la incidencia de los vientos. La medanización del paisaje, presumiblemente restringida en ausencia de factores antrópicos a las márgenes de los ríos (por actuar los cauces, normalmente secos, como "pasillos" o "corredores" de viento), está actualmente generalizada.
Al eliminarse el bosque se destruyó también la barrera que al paso del viento representan los árboles, por lo que éste adquiere velocidad y energía suficiente para transportar las partículas menos pesadas del suelo; luego éstas se acumulan allí donde encuentran algún obstáculo, dando lugar a médanos embrionarios. Cuando éstos alcanzan cierta envergadura pueden avanzar por sobre los remanentes del bosque, sepultándolos en arena y dejando tras su paso sólo árboles muertos, en un proceso que se retroalimenta positivamente.
Fotogr. 34: medanización generalizada
Fotogr. 34: medanización generalizada
El aumento de la superficie desforestada permite explicar también el aumento en la frecuencia e intensidad de los vientos, los que al tener mayor oportunidad de entrar en contacto con el suelo y al estar éste cada vez más expuesto (por disminución de la cobertura herbácea) se traducen en tormentas de polvo y arena, degradando así la calidad de vida de las personas y afectando a su producción.
Es oportuno reiterar que, salvo la repoblación natural que se observa en las proximidades de los Puestos (por la coincidencia entre escarificación de las semillas por parte del ganado y presencia de agua a pocos metros de profundidad) hasta fines del siglo XX no se habían realizado en la zona plantaciones forestales de ningún tipo. Sólo existían experiencias aisladas de producción de plantines de algarrobo llevadas a cabo por personal de la Delegación Universitaria en Andalgalá y de producción de Viscote (Acacia visco) en Belén. En forma muy reciente se instaló en las proximidades de Colpes un establecimiento que implantó unas 300 has de algarrobo, pero se propone explotar más de 5.000 has pre-existentes.
La información respecto a valores de producción actual es escasa y poco confiable pues se basa exclusivamente en las Guías Forestales otorgadas por el organismo competente (Dirección de Bosques) pero no reflejan la extracción clandestina existente que, según denuncian habitantes de la región, es aún de magnitud. Esta extracción sería realizada por los propietarios de campos que aún contienen superficie boscosa aprovechable y sacada de la región por caminos no convencionales, de difícil control por parte de los escasos Guardas Forestales que se destinan a esa zona.
Por otra parte, la Dirección de Agricultura ha sido recientemente reestructurada; la División Bosques quedó con muy escaso personal y la mayor parte de la documentación histórica ha desaparecido.
Para el año 1979 la producción forestal de la provincia de Catamarca fue de 59.024 toneladas, habiendo descendido a 19.759 toneladas en 1994 (Tabla 20), de las cuales el 1,75% es aportado por el departamento Pomán y el 0,51% por el departamento Andalgalá, no registrándose (según fuentes oficiales) movimientos forestales en el departamento Belén.
La participación de esta actividad en el Producto Bruto Geográfico no puede estimarse ya que se la incluye dentro de la Gran División 1 (Agricultura, Caza, Silvicultura y Pesca) de la Clasificación Industrial Uniforme (CIIU) de todas las actividades económicas, propuesta por la Naciones Unidas (Crespi y Dávila, 1992).
Tabla 20: Producción forestal de la provincia y la región, en toneladas.
Provincia
|
Región
| |||||
Año/Producto
|
1979
|
1991
|
1992
|
1993
|
1994
|
1994
|
Rollizos
|
2.014
|
161
|
1.000
|
708
|
792
|
88
|
Leña
|
30.699
|
4.953
|
7.930
|
6.105
|
8.327
|
43
|
Carbón
|
13.363
|
6.477
|
13.385
|
6.697
|
9.162
|
278
|
Otros: rodrigones, postes, varillas,
|
12.948
|
135
|
3.699
|
3.105
|
1.478
|
27
|
Total
|
59.024
|
1.726
|
26.014
|
16.615
|
19.759
|
345
|
Fuentes: INDEC, 1980; DEC, 1994; Dirección de Agricultura, Departamento Bosques
3. Sector Agropecuario
3.1) Problemas de títulos y límites
En la provincia de Catamarca, como en otras del noroeste argentino, existen explotaciones agropecuarias asentadas sobre superficies cuyos límites no están bien definidos, sea por tratarse de tierras fiscales o campos comuneros.
En los campos comuneros la tenencia de la tierra es compartida por numerosas familias que no poseen títulos perfectos de propiedad, siendo habitualmente unas pocas las que hacen ocupación efectiva; pero todas reclaman supuestos o reales derechos si se intenta una expropiación a efectos de sanear los títulos (Nogués, 1985), lo que encarece el proceso. En Campo de Londres, por ejemplo, se detectaron 8 familias haciendo ocupación efectiva y fueron 118 las que se presentaron al juicio por expropiación (Karlin y Morláns, 1981).
Los campos comuneros tuvieron su origen en Mercedes Reales otorgadas por la Corona Española (por las que adjudicaba extensiones de terreno a cambio de servicios) existiendo aún controversias respecto a si tales Mercedes conllevaban títulos de dominio, o derechos temporarios de uso (Nogués, 1985). De cualquier modo, determinaron un uso de la tierra diferente al practicado por los aborígenes (introducción de nuevas especies animales y vegetales, nuevas relaciones sociales y económicas) y la desaparición de un sistema agropecuario que hasta entonces funcionaba, por motivos religiosos, en armonía con los recursos de la región (Agüero Vera, 1972; Brailovsky y Foguelman, 1984).
Durante varios siglos tales tierras se mantuvieron en situación de indivisión, dando lugar a latifundios cuya propiedad fue haciéndose más confusa, hasta llegar a diversas situaciones dominiales jurídicamente imperfectas.
Actualmente, sobre las antiguas Mercedes se tienen: títulos auténticos emanados de hijuelas judiciales (en las que las referencias al inmueble adjudicado se mencionan como una determinada contraparte de otra contraparte indivisa, no relativa a sectores concretos sino a una proporción ideal del mismo); Derechos y Acciones también sobre partes indivisas de supuestos herederos con juicios sucesorios por lo general inconclusos o ni siquiera iniciados y ocupantes sin título ni derecho alguno.
Se denomina "Derechosos" a las personas que poseen derechos personales sobre un inmueble (generalmente carente de mensura catastral), sin que pueda determinarse que fracción del mismo le corresponde. Los derechos son comercializables pero no constituyen títulos de propiedad. En cuanto a los ocupantes sin títulos ni derechos, se los considera "Poseedores" cuando viven en el campo en que vivieron sus padres y se sienten dueños, y "Tenedores" cuando residen en un campo reconociendo a otra persona como dueño (Calella, 1986).
3.2) Número y Superficie de las Explotaciones Agropecuarias (EAPs)
En la provincia de Catamarca se han registrado 9.263 explotaciones agropecuarias, de las cuales 6.733 (72,68%) tienen límites definidos. Una situación similar se da en la región en estudio, en donde existen 2.843 EAPs, teniendo límites definidos un 73,16% de ellas. Por departamento, los valores absolutos y porcentuales se presentan en la Tabla 21.
Tabla 21: Proporción entre el número de explotaciones agropecuarias con y sin límites definidos, por departamento.
Lugar
|
Andalgalá
|
Belén
|
Pomán
|
EAPs Totales (No)
|
893
|
948
|
1.002
|
Con límites definidos (No)
(% )
|
634
70,99
|
655
69,10
|
791
78,94
|
Sin límites definidos (No)
(% )
|
259
29,01
|
293
30,90
|
211
21,06
|
Fuente: elaborado a partir de datos del Censo Nacional Agropecuario 1988.
Considerado en términos de superficie, las explotaciones agropecuarias con límites definidos ocupan en la región el 25,6% de la superficie total respectiva (Tabla 22), con diferencias importantes a nivel departamental.
Tabla 22: Superficie ocupada por las EAPs con límites definidos (CLD) y superficie departamental, en ha.
Andalgalá
|
Belén
|
Pomán
|
Región
| |
Superficie total
|
449.700
|
1.294.500
|
485.900
|
2.230.100
|
Superficie EAPs CLD
|
176.548
|
371.301
|
24.621
|
572.470
|
Fuente: Elaborado a partir de los datos del CNA '88.
En la Figura 20 se relaciona la cantidad de EAPs con límites definidos y la superficie que ellas ocupan, por departamento.
Puesto que la mayor parte de la información concerniente al sector se refiere a la superficie con límites definidos, los datos presentados permiten suponer que se carece de información fidedigna sobre un porcentaje del área que, en el departamento Pomán, comprende el 94,4% de su territorio.
Figura 20: Porcentaje de EAPs con límite definido y superficie que ocupan, por departamento. Fuente: Tablas 21 y 22.
3.3) Tamaño de las explotaciones
Como puede verse en las Figuras 21 y 22, una alta proporción de las explotaciones agropecuarias son de hasta 5 has.
Figura 21: Porcentaje de la cantidad de EAPs con límites definidos, por escala de extensión. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
Aquéllas representan el 81,3% del total de EAPs con límites definidos en Pomán, el 67% en Andalgalá y el 62% en Belén, ocupando una proporción ínfima del territorio.
Datos desagregados para las explotaciones de hasta 10 ha indican que en Andalgalá el 35% es de menos de 1 ha. En Belén, el 58% es de entre 1 a 7 ha y en Pomán, el 55% es de menos de 1 hasta 2 ha (Frati et al, 1988).
Figura 22: Porcentaje de superficie de EAPs con límites definidos, por escala de extensión. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
En el extremo opuesto, en Andalgalá se han registrado 5 explotaciones de más de 10.000 hectáreas, lo que representa el 0,78% de la cantidad de EAPs, ocupando el 44,82% de la superficie total ocupada por las EAPs con límites definidos.
A nivel de cada departamento, no hay diferencias destacables.
3.4) Tenencia de la tierra
En la provincia de Catamarca se reconocen las siguientes formas de tenencia de la tierra: de propiedad personal (incluye personas físicas o jurídicas, siendo estas últimas de reciente introducción en el área), familiar, sucesiones indivisas, distintas formas de alquiler (arrendamiento, aparcería, contratos accidentales), derechosos y ocupantes de hecho o con permiso. Estos pueden ser Poseedores o Tenedores, según se definió en el apartado 3.1.
En la región en estudio hay un neto predominio de explotaciones de propiedad personal (Figura 23).
Figura 23: Porcentaje de la cantidad de EAPs según régimen de tenencia de la tierra respecto al total de EAPs a nivel regional. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988
Sumando las explotaciones de propiedad personal y familiar, se llega a valores próximos al 70% para la región, con un máximo del 76% en el departamento Pomán.
Para el caso de las EAPs sin límites definidos, dentro del régimen de propiedad comunal predominan los poseedores de derechos o acciones, seguidos por los ocupantes con permiso o de hecho. Como se muestra en la Figura 24, la Ocupación afecta al 52,13% de las explotaciones agropecuarias sin límites definidos del departamento Pomán.
Estas últimas formas de tenencia son limitantes de importancia para el desarrollo de la actividad agropecuaria pues implican inaccesibilidad a créditos, inestabilidad jurídica, escasa adopción tecnológica y en ocasiones (aunque no necesariamente) sobreexplotación de recursos naturales.
Figura 24: Formas de tenencia de las tierras en EAPs sin límites definidos. Valores porcentuales sobre el total de EAPs sin límites definidos, por departamento. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
3.5) Formas de dirección de las EAPs
Tanto en la provincia como en la región y dentro de ésta, en cada uno de los departamentos considerados, predominan las EAPs dirigidas por su propio dueño (o socio); en todos los casos, la relación de propietarios con y sin empleo externo es del orden del 40 y 60% respectivamente (Tabla 23).
Como una estrategia generalizada en los tres departamentos, la mayor parte de las familias rurales procura que al menos un miembro de ella perciba un salario mensual externo (Luque et al, 1990), normalmente no vinculado a la actividad agropecuaria.
Tabla 23: Modalidad de dirección en EAPs con y sin límites definidos.
Condición
|
Región
|
Andalgalá
|
Belén
|
Pomán
|
PRODUCTOR O SOCIO
| ||||
Con empleo externo
|
1.058
|
321
|
357
|
380
|
Sin empleo externo
|
1.632
|
529
|
516
|
587
|
ADMINISTRADOR
|
13
|
4
|
---
|
9
|
SIN DETERMINAR
|
82
|
39
|
75
|
26
|
Total EAPs
|
2.843
|
893
|
948
|
1.002
|
Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
Recuérdese que aproximadamente un 49% de los productores carece de instrucción y un 44% sólo completó el ciclo primario. Sumado a ello, el predominio de propiedades personales o familiares (Figura 23) dirigidas por su propio dueño (Tabla 23) y el pequeño tamaño de las propiedades (Figura 21) determinan que muchas de ellas no se asuman como empresas sino como un medio más de sustento familiar.
Al respecto, puede señalarse que en 1992 las autoridades provinciales y nacionales lanzaron sendas líneas de créditos promocionales para la pequeña y mediana empresa y micro emprendimientos productivos, respectivamente. En ambos casos, sólo un crédito de cada tipo fue tomado en la región (Luque et al, 1990), lo que indica que los productores no se atreven a correr riesgos aunque ello implique que tampoco puedan progresar.
3.6) Uso de la tierra
En los Censos Agropecuarios, el término "uso" corresponde tanto al uso que, en sentido estricto, se hace de la tierra (cultivos, construcciones, etc.) como a la aptitud, vocación o tipo predominante de vegetación natural en tierras incultas. En las clasificadas como "pastizal" y "bosque", el uso no se especifica pero puede suponerse un destino ganadero y/o forestal.
En relación a la superficie correspondiente a las EAPs con límites definidos, en la región predominan las tierras ocupadas por pastizales naturales, mientras que la superficie destinada a cultivos es ínfima (Figura 25).
Figura 25. Uso de la tierra en explotaciones agropecuarias con límites definidos. Valores porcentuales en relación a la superficie total de las EAPs con límites definidos a nivel regional. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
La superficie cultivada y la ocupada por vegetación natural difiere considerablemente entre los departamentos (Figura 26) y es importante destacar las respectivas proporciones, por su vinculación con la actividad agrícola, ganadera y forestal.
Figura 26: Proporción de superficie cubierta por vegetación natural en relación al total de ha de las EAPs con límites definidos, por departamento. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
Clasificando las EAPs en función de su actividad principal, (Figura 27) para la región se tiene que las dedicadas principal o exclusivamente a la actividad agrícola constituyen el 38,8% y las mixtas, el 34,8%.
Las explotaciones dedicadas principalmente a actividad pecuaria representan el 22,5%, quedando un 3,2% clasificadas como "Otras", que son establecimientos temporalmente sin actividad.
A nivel departamental, Pomán es el que presenta la mayor proporción de explotaciones agrícolas; en Belén predominan las explotaciones mixtas y en Andalgalá las proporciones son similares para las tres actividades.
Figura 27: Porcentaje de la cantidad de EAPs por actividad principal y por departamento. Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
3.7) Producción agrícola
En relación con la producción agrícola provincial, la región se destaca en la producción de hortalizas, aromáticas, frutales y legumbres. En un orden de importancia considerablemente menor, siguen las forrajeras perennes y anuales, en tanto que la producción de cereales, cultivos industriales, forestales y flores es muy poco significativa (Tabla 24).
Tabla 24: Superficie cultivada en ha a nivel regional. Porcentaje sobre el total provincial, por tipos de cultivos.
Cultivos
|
Total provincial
|
Total regional
|
%
|
Cereales
|
14.289
|
570
|
3,4
|
Industriales
|
6.236
|
589
|
9,4
|
Forrajeras anuales
|
7.911
|
337
|
4,3
|
Forrajeras perennes
|
4.372
|
473
|
10,8
|
Legumbres
|
3.249
|
892
|
27,4
|
Hortalizas
|
6.810
|
2.705
|
39,7
|
Flores
|
34
|
1
|
2,9
|
Aromáticas
|
1.428
|
526
|
36,8
|
Frutales
|
6.177
|
2.191
|
35,5
|
Forestales
|
611
|
26
|
4,2
|
Fuente: extractado del Censo Nacional Agropecuario 1988.
Las oleaginosas no figuran en la tabla anterior, pues el destino principal de la producción de olivos al año 1988 era para encurtido, por lo que se los incluyó en frutales.
A nivel intrarregional existen algunas diferencias importantes, como se indica en la Tabla 25, que no se pueden explicar en función de circunstancias climáticas ni edáficas y sólo cabe suponer que los departamentos considerados han procurado diferenciar su producción a fin de no competir entre sí en lo que hace al abastecimiento del mercado interno, a nivel regional.
Tabla 25: Distribución porcentual de los tipos de cultivo por departamento, en relación al total regional.
Cultivo
|
Andalgalá
|
Belén
|
Pomán
|
Cereales
|
18,6
|
70,0
|
11,4
|
Industriales
|
39,4
|
27,3
|
33,3
|
Forrajeras anuales
|
90,5
|
-----
|
9,5
|
Forrajeras perennes
|
40,8
|
47,1
|
12,0
|
Legumbres
|
93,8
|
6,0
|
0,1
|
Hortalizas
|
94,0
|
4,3
|
1,7
|
Flores
|
100,0
|
---
|
---
|
Aromáticas
|
9,3
|
78,5
|
12,2
|
Frutales
|
3,7
|
51,0
|
45,3
|
Forestales
|
38,5
|
57,7
|
3,8
|
Fuente: elaborado en base a los datos del Censo Nacional Agropecuario 1988.
En cuanto a especies (Tabla 26), dentro de las hortalizas predominan papa, zapallo, ají y poroto chaucha.
Exceptuando el ají, las demás hortalizas, al igual que las legumbres, se cultivan en un área geográfica (Campo del Pucará, departamento Andalgalá) que no integra la región en estudio.
Las aromáticas (comino y anís) se cultivan casi exclusivamente en el departamento Belén.
Entre los frutales, el nogal es más cultivado en Belén y Pomán que en Andalgalá, pero en este último departamento se cultiva el 86 % de todo el membrillo que se produce en la provincia y, junto con Pomán, sostiene una importante producción olivera, en incremento como se verá en el apartado 3.11).
Tabla 26: Principales cultivos de la región. Porcentaje sobre el total provincial y distribución en ha. por departamento.
Cultivo
|
Especie
|
Región
% / Pcia.
|
Andalgalá
ha
|
Belén
ha
|
Pomán
Ha
|
Industrial
|
Vid de mesa
|
12,30
|
70
|
79
|
82
|
Vid vinífera
|
12,09
|
4
|
82
|
114
| |
Frutal
|
Nogal
|
64,06
|
303
|
1.085
|
903
|
Olivo
|
40,25
|
275
|
---
|
109
| |
Membrillo
|
86,70
|
104
|
---
|
---
| |
Forrajera Perenne
|
Alfalfa
|
16,62
|
153
|
228
|
60
|
Cereal para grano
|
Maíz
|
6,17
|
108
|
339
|
43
|
Trigo
|
14,23
|
58
|
26
|
---
| |
Forrajera Anual
|
Cebada
|
32,66
|
115
|
120
|
8
|
Maíz
|
13,75
|
71
|
21
|
7
| |
Avena
|
6,91
|
34
|
98
|
14
| |
Hortaliza
|
Papa
|
64,26
|
1.476
|
---
|
---
|
Zapallo
|
44,24
|
749
|
---
|
---
| |
Pimiento
|
20,00
|
23
|
47
|
---
| |
Ají
|
76,40
|
41
|
14
|
---
| |
Legumbre
|
Poroto Chaucha
|
48,00
|
62
|
---
|
---
|
Poroto Blanco
|
82,50
|
646
|
---
|
---
|
Fuente: elaborado a partir de datos del Censo Nacional Agropecuario 1988.
En 1888, en la región se cultivaban 7.349 hectáreas. De ellas, 1.310 eran de alfalfa y 637 de viñas, entre vid de mesa y vinífera (Latzina, 1889).
El aporte conjunto de los tres departamentos al producto bruto agrícola provincial es elevado (38,18%) y dado fundamentalmente por el cultivo de papa en el departamento Andalgalá. Para el área específica del Bolsón de Pipanaco, se considera que la contribución de éste es del orden del 5 al 7% (CFI-DEC, 1980).
La mecanización es escasa y rudimentaria y más del 50% de las explotaciones que realizan agricultura sólo disponen de arados de mancera (traccionados a sangre). Asimismo, en los tres departamentos predomina la siembra al voleo (con semillas no seleccionadas) y la cosecha manual (Frati et al, 1988). La aplicación de abonos (orgánicos o químicos) y biocidas (control de insectos, malezas y hongos) es muy poco practicada en la región (Luque et al, 1990).
Las explotaciones más tecnificadas representan un 10% del total de EAPs y cuentan con sembradoras, pulverizadoras, arados de cincel y disco y tractores de, mayoritariamente, más de nueve años de antigüedad (Frati et al, 1988).
3.8) Riego
Todos los cultivos de la región requieren aportes extra de agua ya que, como se analizó anteriormente, las lluvias son insuficientes y concentradas en el período primavero-estival, coincidiendo con una alta evapotranspiración potencial.
El sistema de riego utilizado es casi exclusivamente gravitacional y la fuente principal de agua es superficial (Tabla 27). La conducción es a través de canales, la mayor parte de ellos sin revestimiento. Las pérdidas de agua por tal motivo son del orden del 20 al 80% (Luque et al, 1990).
Aunque todas las fincas que realizan actividad agrícola utilizan el riego, la superficie efectivamente regada es inferior a la sistematizada (Tabla 27). Pomán es el departamento que hace mayor uso de sus posibilidades y Belén el que tiene la menor superficie regada en relación a la sistematizada, en correspondencia con el mayor abandono del campo que se ha observado en este último departamento.
Tabla 27: Número de EAPs que riegan y superficie sistematizada y efectivamente regada, por fuente de agua.
Región
|
Andalgalá
|
Belén
|
Pomán
| |
No. de EAPs que riegan
|
1.967
|
577
|
608
|
782
|
Superficie sistematizada (ha)
|
10.057
|
4.582
|
3.876
|
1.599
|
Superficie regada (ha)
|
7.793
|
3.618
|
2.650
|
1.525
|
Agua Superficial (ha)
|
6.554
|
2.389
|
2.650
|
1.515
|
Agua subterránea (ha)
|
1.157
|
1.149
|
---
|
8
|
Ambas (ha)
|
82
|
80
|
---
|
2
|
Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
3.9) Producción ganadera
Los departamentos de la región contienen alrededor del 20% del total de ganado registrado en la provincia (Tabla 28) y destacan en existencia de camélidos sudamericanos (principalmente, llamas), ganado asnal y mular y ovinos. También aquí corresponde señalar que la principal zona productora de camélidos, asnos y mulas se halla fuera de la región estudiada.
Tabla 28: Ganado (n° de cabezas) por grupos de especies. Porcentajes por departamento sobre el total regional.
Tipo
|
Provincia
Cabezas
|
Región
Cabezas
|
Andalgalá
%
|
Belén
%
|
Pomán
%
|
Bovinos
|
246.470
|
32.764
|
59,7
|
18,8
|
21,4
|
Ovinos
|
89.926
|
24.091
|
25,4
|
70,8
|
3,7
|
Caprinos
|
162.025
|
38.695
|
38,8
|
34,3
|
26,8
|
Camélidos
|
20.041
|
6.844
|
8,3
|
91,7
|
---
|
Porcinos
|
16.343
|
2.696
|
50,0
|
10,9
|
39,0
|
Asnal / Mular
|
13.075
|
3.981
|
11,9
|
70,8
|
17,2
|
Equinos
|
26.368
|
4.811
|
51,3
|
32,7
|
15,9
|
Total
|
574.248
|
113.882
|
Fuente: elaborado en base a datos del Censo Nacional Agropecuario 1988.
Las diferencias intradepartamentales son notables; en el caso de Belén, la alta proporción de camélidos, asnos o mulas y parcialmente ovinos, se explica por el hecho de que este departamento tiene un 60% de su superficie (sector septentrional) en ambiente de Puna, particularmente apto para la cría de los tipos de ganado indicados.
En Andalgalá, la relativamente alta carga bovina en explotaciones agropecuarias con límites definidos puede estar ligada al hecho de que 23 de ellas son de más de 1000 has, ocupando el 89,4% de la superficie departamental (Frati et al, 1988).
Como se ilustró en la Figura 26, la extensión cubierta por pastos en aquel departamento es del 31,3% del área correspondiente a las EAPs con límites definidos, triplicando la que presenta Pomán pero muy inferior a la del departamento Belén.
Podría suponerse que en Andalgalá hay mejores recursos forrajeros, por cuanto un 25% de su territorio pertenece a la Provincia Fitogeográfica Chaqueña, Distrito Chaco Serrano (Morláns, 1995); pero no todo el Chaco Serrano contiene pastizales y, por otra parte, es la región fitogeográfica más alterada de la provincia de Catamarca (Morláns y Guichón, 1988).
Tanto en la región como en la provincia (y provincias vecinas) es habitual que el productor bovino pase a ser cabritero sólo cuando los campos de pastoreo están ya tan degradados que no sostienen al ganado vacuno. La renuencia al cambio puede ser explicada en función de prejuicios de orden cultural más que económico; por un lado, se considera que las cabras son más lesivas para los ecosistemas (sin reparar que entra a un ecosistema ya agotado por los vacunos). Por otra parte, la ganadería caprina suele tomarse como un indicador de pobreza, ya que ésta se asocia en general a poblaciones humanas de bajo nivel socioeconómico (Rossi, 1984).
No resulta extraño entonces que la actividad cabritera se desarrolle preponderantemente en explotaciones sin límites definidos, en los tres departamentos considerados.
Considerando sólo bovinos, ovinos, caprinos y cabalgaduras, su distribución por tipo de explotación se muestra en la Figura 28.
Respecto al tamaño de los rodeos, las estadísticas censales no permiten efectuar su relación con el tamaño de las explotaciones, posiblemente en razón de que gran parte de la actividad ganadera se realiza en explotaciones agropecuarias sin límites definidos.
Figura 28: Existencia ganadera por departamento, según tipo de ganado y de explotación (con o sin límites definidos). Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1998.
El tamaño de los rodeos, rebaños o majadas, según corresponda, se muestra en la Tabla 29.
Tabla 29: Porcentaje de explotaciones agropecuarias con y sin límites definidos y tamaño de rodeos que contienen, por tipo de ganado y por departamento.
Tipo de Ganado
|
Bovino
|
Ovino
|
Caprino
| ||||
Tamaño
|
Departamento
|
CLD
|
SLD
|
CLD
|
SLD
|
CLD
|
SLD
|
1 a 10 cabezas
|
Andalgalá
|
5,7
|
10,0
|
4,1
|
5,8
|
2,0
|
1,9
|
Belén
|
14,8
|
24,2
|
--
|
--
|
4,6
|
7,5
| |
Pomán
|
4,6
|
18,9
|
1,5
|
6,6
|
0,3
|
1,4
| |
11 a 50 cabezas
|
Andalgalá
|
5,6
|
44,4
|
2,8
|
9,3
|
1,4
|
21,2
|
Belén
|
5,3
|
30,7
|
12,2
|
31,7
|
2,7
|
35,8
| |
Pomán
|
---
|
22,3
|
0,9
|
2,4
|
0,4
|
13,3
| |
51 a 200 cabezas
|
Andalgalá
|
3,0
|
18,1
|
1,7
|
9,2
|
0,6
|
14,7
|
Belén
|
---
|
---
|
2,6
|
22,8
|
0,7
|
15,7
| |
Pomán
|
---
|
10,0
|
---
|
---
|
0,5
|
14,7
| |
más de 200 cabezas
|
Andalgalá
|
1,7
|
3,0
|
0,1
|
0,7
|
---
|
---
|
Belén
|
---
|
---
|
---
|
---
|
---
|
---
| |
Pomán
|
---
|
2,4
|
---
|
---
|
---
|
4,2
|
Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
Tabla 30: Cantidad de Eaps con límites definidos y N° de cabezas, según tamaño del rodeo.
Cabezas
|
hasta 10
|
11 a 20
|
21 a 50
|
51 a 100
|
101 a 200
|
+ 200
| ||||||
BOVINO
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
Andalg.
|
36
|
173
|
12
|
177
|
24
|
760
|
13
|
908
|
6
|
838
|
11
|
7114
|
Belén
|
97
|
445
|
22
|
341
|
13
|
416
|
?
|
165
| ||||
Pomán
|
37
|
111
| ||||||||||
OVINO
| ||||||||||||
Andalg.
|
26
|
95
|
8
|
115
|
10
|
352
|
8
|
566
|
3
|
441
|
1
|
950
|
Belén
|
---
|
45
|
749
|
35
|
1192
|
8
|
627
|
9
|
1237
| |||
Pomán
|
12
|
75
|
7
|
86
| ||||||||
CAPRINO
| ||||||||||||
Andalg.
|
13
|
54
|
4
|
54
|
5
|
158
|
4
|
321
|
?
|
1008
|
---
|
---
|
Belén
|
30
|
224
|
4
|
68
|
14
|
498
|
5
|
384
|
?
|
747
|
---
|
---
|
Pomán
|
3
|
15
|
?
|
19
|
3
|
84
|
4
|
281
|
---
|
---
|
---
|
---
|
Fuente: Censo nacional Agropecuario 1988.
En las explotaciones sin límites definidos, predominan las que contienen hatos medianos a grandes de los tres tipos de ganado considerados (Tabla 31).
Tabla 31: Cantidad de Eaps sin límites definidos y N° de cabezas, según tamaño del rodeo.
Cabezas
|
Hasta 10
|
11 a 20
|
21 a 50
|
51 a 100
|
101 a 200
|
+ de 200
| ||||||
BOVINO
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
EAP
|
Res
|
Andalg.
|
26
|
210
|
46
|
752
|
69
|
2210
|
34
|
2451
|
13
|
1756
|
8
|
2214
|
Belén
|
71
|
409
|
43
|
684
|
47
|
1488
|
?
|
715
|
---
|
---
|
---
|
---
|
Pomán
|
40
|
285
|
47
|
715
|
?
|
1710
|
21
|
1471
|
---
|
---
|
5
|
1313
|
OVINO
| ||||||||||||
Andalg.
|
15
|
89
|
7
|
99
|
17
|
579
|
19
|
1368
|
5
|
786
|
2
|
703
|
Belén
|
77
|
583
|
37
|
615
|
56
|
1888
|
27
|
2030
|
40
|
5456
|
---
|
---
|
Pomán
|
14
|
82
|
5
|
83
|
---
|
---
|
---
|
---
|
---
|
---
|
---
|
---
|
CAPRIN
| ||||||||||||
Andalg.
|
5
|
31
|
9
|
148
|
46
|
1539
|
38
|
2620
|
?
|
3168
|
?
|
5705
|
Belén
|
22
|
197
|
39
|
651
|
66
|
2285
|
46
|
3338
|
?
|
4340
|
?
|
550
|
Pomán
|
3
|
24
|
?
|
78
|
28
|
1039
|
31
|
2329
|
?
|
2965
|
9
|
3329
|
Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1988.
En cuanto a los otros tipos de ganado, los camélidos son más abundantes en explotaciones sin límites definidos; los porcinos se crían mayoritariamente en explotaciones con límites definidos y los caballares (incluyendo aquí equinos, asnos y mulas) están presentes en forma aproximadamente proporcional en ambos tipos de explotaciones.
En lo que se refiere a manejo del ganado, es prácticamente inexistente. Se ha observado falta de selección animal, de sanidad elemental y de estacionamiento en las pariciones (Karlin y Morláns, 1981). Exceptuando el almacenamiento de chauchas de algarrobo, no se hacen reservas forrajeras y tampoco hay manejo del pastoreo. Por lo general, el ganado deambula libremente en función de la disponibilidad de agua (los campos comuneros y/o los muy extensos no tienen alambrado perimetral) y, para toda la región, se registran tan sólo 180 represas y 80 aguadas artificiales (Frati et al, 1988).
En la producción caprina hay un cierto control dado que se practica encierro nocturno y suelta matutina previo mamado de los cabritos, los que quedan en el corral y vuelven a mamar por la tarde, cuando regresa la majada. Durante el día, las cabras quedan al cuidado de perros entrenados a tal fin. Las tareas dentro del corral (atención en pariciones, control del mamado de los cabritos, separación de éstos de sus madres, ordeñe) están a cargo de las mujeres, ayudadas a veces por sus hijos (Nogués, 1995). En caso de heridas o mordeduras de ofidios se aplican remedios caseros.
Una comparación entre las existencias de ganado registradas en los Censos Agropecuarios de 1988 y 1888 (Latzina, 1889), arroja las variaciones que se presentan en la Tabla 32.
Tabla 32: Variaciones en las existencias ganaderas en 100 años.
Ganado
|
Provincia (%)
|
Andalgalá (%)
|
Belén (%)
|
Pomán (%)
|
Bovinos
|
+ 3,0
|
+ 17,0
|
- 50,0
|
+ 78,0
|
Caprinos
|
- 15,0
|
+ 63,0
|
- 0,3
|
+ 147,0
|
Ovinos
|
- 41,0
|
- 53,0
|
- 54,0
|
- 60,0
|
Asnal / Mular
|
- 85,0
|
- 86,0
|
- 67,0
|
- 85,0
|
Caballar
|
- 53,0
|
- 38,0
|
- 34,0
|
- 1,6,0
|
Porcinos
|
+ 49,0
|
+ 17,0
|
- 67,0
|
+ 400,0
|
Fuentes: Censo Nacional Agropecuario 1988 y Censo Nacional Agropecuario 1888.
Como se desprende de los valores dados, Belén es el departamento que más redujo su carga animal, en tanto que en Pomán se incrementó notablemente el número de caprinos. Es probable que esta tendencia se acentúe en el futuro, acompañando a una disminución en las existencias de ovinos y bovinos; los ovinos, porque su comercialización es problemática en la zona y la demanda interna está en disminución (por disminución de la cantidad de telares) y los bovinos, por sus mayores requerimientos .
Aceptando como condición generalizada para el Bolsón que en la actualidad se requieren 40 ha para sostener a un vacuno y 6 ha para mantener a un caprino, hay que afirmar que la región está sobrepastoreada. En el departamento Andalgalá, la suma de vacunos, camélidos y cabalgaduras da una existencia de 23.076 cabezas, las que requerirían de 923.040 ha; los caprinos, ovinos y porcinos existentes necesitarían disponer de 135.048 ha. Aún suponiendo que del total de vacunos (y equivalentes) que hay en el departamento sólo el 50 % pastoree en el Bolsón, las hectáreas requeridas para el mantenimiento del ganado (596.568) superan ampliamente la superficie total (449.700 ha).
La participación porcentual de la ganadería de la región al Producto Bruto Geográfico es del 4,85% (CFI-DEC, 1980).
3.10) Organización de los productores
En los tres departamentos se han conformado diversas Cooperativas vinculadas al proceso de transformación y venta de frutales y hortalizas o en relación a campañas fitosanitarias, que en poco tiempo terminan disolviéndose por falta de participación de los productores.
Actualmente sólo funcionan las Cooperadoras de las Agronomías de Zona, encargadas de la prestación de servicio a los productores (alquiler y mantenimiento de maquinarias, plantas de vivero, asesoramiento en la comercialización) a precio de fomento (de la Orden, 1994).
3.11) Nuevos emprendimientos
Dentro del marco del Régimen de Diferimiento Impositivo, como mecanismo para estimular la producción agropecuaria y la infraestructura turística, en el año 1996 fueron aprobados 32 de los 250 proyectos presentados en la provincia; de ellos, 9 proyectos se localizan en los departamentos de la región en estudio (3 en Andalgalá, 2 en Belén y 4 en Pomán), previendo una inversión total de 19.810.200 U/S que se destinarán principalmente a la producción de olivos, aunque también se ha aprobado un proyecto caprino y uno turístico (Tabla 33).
Tabla 33: Régimen de diferimiento impositivo. Proyectos Aprobados Cupo 1996.
Departa-
Mento
|
Empresa
|
Inversión total ($)
|
Cupo Fiscal a imputar ($)
|
Actividad
|
Pomán
|
Adelina S.A.
|
1.850.000
|
92.500
|
Olivo
|
Pomán
|
Olivos Orgánicos S.A.
|
1.580.000
|
70.000
|
Olivo
|
Pomán
|
Frutos del norte S.A.
|
1.800.000
|
90.000
|
Olivo
|
Pomán
|
Gispa S.A.
|
2.200.000
|
110.000
|
Olivo
|
Andalg.
|
Duraznor S.A.
|
1.530.000
|
76.500
|
Durazno
|
Andalg
|
Agrop. del Atlántico S.A.
|
1.500.000
|
75.000
|
Olivo
|
Belén
|
Vidas S.A.
|
1.882.920
|
94.146
|
Olivo
|
Belén
|
Cielos del Oeste S.A.
|
1.200.000
|
60.000
|
Caprino
|
Andalg.
|
1.902.430
|
95.121
|
Hotel
| |
Total
|
19.810.200
|
763.267
|
Fuente: Ministerio de Producción y Desarrollo. Pcia. de Catamarca.
Según lo establece el decreto reglamentario, las empresas que requieran riego deberán obtener el agua de fuentes subterráneas.
4) Otras actividades relacionadas con los recursos naturales
4.1) Artesanías
Aunque no tan importante en la actualidad como en el pasado reciente, la artesanía es una fuente de ingresos de cierta importancia y es en el Bolsón de Pipanaco donde se encuentran los mejores artesanos de la provincia de Catamarca (Plan estratégico consensuado, 1995). Entre éstos, se destacan los orfebres, talladores, carpinteros ebanistas, alfareros y tejedoras. Esta última actividad decayó mucho cuando se prohibió el tejido de pelo de vicuña (Vicugna vicugna), uno de los pocos que por su elevado valor de mercado, justificaba las horas de dedicación que la tejeduría insume pues todavía se realiza con telares rústicos.
Entre las tallas en piedra, son muy conocidas las esculturas y adornos de una variedad de rodocrosita (capillitita) originaria del departamento Andalgalá.
4.2) Agroindustrias
A mediados del siglo existían dentro del área en estudio 113 establecimientos industriales dedicados a la elaboración de dulces, bebidas alcohólicas y sin alcohol, productos alimenticios y materiales de construcción (aserraderos, parqueteras y tabiques), ubicándose casi la mitad de ellos en el Dpto. Andalgalá (Argerich et al, 1978).
De acuerdo a fuentes documentales oficiales (Crespi y Dávila, 1992; de la orden, 1994; Luque et al, 1990), en los tres departamentos considerados existen actualmente tres bodegas (una, de funcionamiento esporádico), dos procesadoras de nueces, tres fábricas de dulces, siete plantas de conservas y/o encurtidos, una pulpadora de membrillo, cinco procesadoras de granos de comino y anís, un molino para el procesamiento de pimiento seco y una procesadora de aceitunas (aceitera y encurtidos). Salvo ésta última, de considerable envergadura y avanzada tecnología, todas las demás son pequeñas y de tecnología rudimentaria, aunque algunas muestran capacidad productiva ociosa (Crespi y Dávila, 1992; de la Orden, 1994).
4.3) Turismo
No es una actividad desarrollada en la región aunque puede llegar a tener importancia en el futuro inmediato, pues los emprendimientos en este sentido también pueden acogerse a los beneficios del régimen de diferimiento impositivo y ya ha sido aprobado un proyecto turístico (Tabla 33).
Aunque el Bolsón no tiene mayor atractivo paisajistico, en los faldeos montañosos que lo circundan sí hay bellezas escénicas importantes y aguas termales, aunque no acondicionadas.
También existen elementos arqueológicos de importancia, ya que el Bolsón integró la gran cultura Kakana (actualmente conocida como Diaguita), que fue la de mayor poderío material y desarrollo cultural de lo que hoy es la República Argentina. Esta cultura fue destruida por la oposición que los Kakanes hicieron a la penetración incaica primero y a la hispánica después, pero persisten restos que están siendo restaurados.
El más importante de ellos es el complejo urbanístico denominado "El Shincal", próximo a la ciudad de Londres, que contiene relevantes elementos incaicos (Raffino, 1985).
S E C C I Ó
N I V
C O N C L U S I O N E S Y R E C O M E N D A C I O N E S
CAPÍTULO 10: DIAGNÓSTICO
Todo
diagnóstico se basa en el reconocimiento y valoración de un conjunto de signos
(objetivos, reales) y síntomas (subjetivos, susceptibles de interpretación);
comprende una anamnesis, que conduce
al diagnóstico propiamente dicho y una prognosis,
que especula sobre la evolución posible de la situación problema.
a. Anamnesis
(Diagnóstico)
A
partir de los datos obtenidos, se puede reconocer en el Bolsón de Pipanaco un
proceso retroalimentado de degradación ecológica y social.
Este
círculo vicioso (Figura 29) tiene por origen una inadecuada apropiación de los
recursos y ocupación del territorio, ligado a imprevisión y ausencia de
planificación en el uso del espacio.
Los
recursos renovables fueron considerados exclusivamente desde el punto de vista
de su función económica, con concepto minero, ignorando su función ecológica y
sin respetar el principio de ajustar la velocidad de extracción a la velocidad
de renovación de los recursos intervenidos.
Del
capital generado por la explotación realizada en virtud de tal percepción y
concepción, nada se reinvirtió en conocimiento, mantenimiento y mejora de los
activos ecológicos, que hoy presentan un fuerte proceso de desertificación.
1. Desequilibrios
observados
Los
signos y manifestaciones visibles y/o cuantificados de los desequilibrios en el
ambiente natural del Bolsón de Pipanaco son:
1.1. Pérdida del recurso edáfico, manifestado en la
presencia de pavimentos de desierto, exposición radicular, plantas en pedestal,
acanaladuras, zanjones, cárcavas y hasta huayquerias incipientes en los Conos y
Abanicos aluviales, junto con remolinos y tormentas de polvo y arena cada vez
más frecuentes.
1.2. Pérdida de cobertura herbácea, expresada en la
disminución de la capacidad productiva de este estrato en relación al máximo
potencial, que afecta a Conos, Abanicos aluviales y Bajadas.
1.3. Disminución de la cantidad y calidad de los
recursos forestales (algarrobos) y distorsión de su pirámide poblacional,
pérdida de nutrientes y salinización de suelos en el Campo de derrame.
1.4. Reactivación de médanos que ya estaban fijos,
en el Campo de médanos.
1.5. Medanización creciente del paisaje, en las
Bajadas y Campo de derrame.
2. Causas detectadas
Como
factores causales inmediatos, se reconocen:
2.1. Tasa de explotación del bosque nativo superior
a la velocidad de renovación del recurso forestal y sin efectuar repoblación.
2.2. Ganadería extensiva sin adecuación a la
sustentabilidad de los recursos forrajeros. Entre éstos, el propio árbol a
través de sus frutos y a veces follaje y ramas tiernas.
Ambas
actividades, realizadas en un medio determinado por la orografía circundante,
condicionado por un clima árido cálido, con balances hídricos negativos y
vientos desecantes durante todo o la mayor parte del año. Un régimen fluvial
intermitente, vegetación dependiente de la disponibilidad de agua superficial y
subterránea y suelos sueltos, permeables, de baja estabilidad estructural y
relativamente pobres en materia orgánica.
3. Consecuencias
3.1. Procesos negativos
en el sistema ecológico
3.1.1.
Degradación de la vegetación con probable cambio en las proporciones de
la composición específica (aumento de especies no palatables y de efemerófitas;
disminución de hierbas perennes). Disminución o pérdida de la función ecológica
(protectora y estabilizante) del algarrobal.
3.1.2. Mayor impacto de choque y menor efectividad
de las precipitaciones (por mayor escorrentía, menor infiltración y mayor
evaporación) y pérdida de la homeostasis climática.
3.1.3. Recalentamiento y compactación del suelo, con
pérdida de sus propiedades físico químicas y biológicas.
3.1.4. Erosión acelerada, hídrica en los meses de
concentración de las precipitaciones y eólica todo el año.
3.1.5. Presunta pérdida de biodiversidad, tanto por
efecto directo de las causas mencionadas como por efectos indirectos
(destrucción de hábitats, alteración del microclima, fragmentación de la
superficie boscosa).
3.1.6. Sinergismo entre desforestación y
medanización.
3.1.7. Desestabilización general del medio natural.
3.2. Procesos negativos
en el ambiente socio-productivo
3.2.1. Pérdida del potencial ecológico como sostén
de procesos de desarrollo económico (producción y productividad primarias e,
indirectamente, de la secundaria).
3.2.2. Desvalorización creciente de las tierras,
cuya rentabilidad actual no compensa los gastos de mensura, juicios sucesorios
o alambrado perimetral (que otorga derechos de propiedad), manifestada en la
alta proporción de explotaciones agropecuarias sin límites definidos; esto
determina, entre otros perjuicios, falta de información fidedigna para la toma
de decisiones, ya que la mayor parte de los datos estadísticos se refieren a
las explotaciones con límites definidos, las cuales representan el 25% de la
superficie regional.
3.2.3. Concentración de productores agropecuarios en
campos que no alcanzan a constituir una unidad económica, sea por su pequeño
tamaño o por el estado del ecosistema (dándose la paradoja de que propiedades
enormes en superficie configuran "minifundios" funcionales por la
degradación de los recursos y la escasez de infraestructura y servicios);
ligado a ello, hay coexistencia de vastos espacios subpoblados (Bajadas y
Playa, con sus dos Paisajes) y pequeñas áreas (Conos) que pueden considerarse
superpobladas en relación a los actuales niveles de producción. Ambos espacios
están poco o mal conectados entre sí, tanto en infraestructura física como en intercambio
cultural y complementación productiva.
3.2.4. Disminución de las existencias ganaderas,
único patrimonio en los casos de ocupación con o sin permiso de la tierra. Por
la degradación del pastizal, la merma en la cantidad de ganado no implica que
se haya detenido la situación de sobrepastoreo.
3.2.5. Descapitalización personal y regional.
4. Corolarios
4.1. En el sector agropecuario, poco mantenimiento y
mejora de la infraestructura y escasa adopción tecnológica, que hace presumir
bajos rendimientos. Superficie cultivada en ganadera.
La
producción agrícola diferenciada según departamentos evita la competencia
intrarregional pero no permite que se alcancen volúmenes suficientes para
captar mercados importantes y disminuir los costos de traslado; tampoco alienta
la organización de los productores en relación a objetivos comunes de
comercialización y/o transformación de los productos. Bajo valor agregado de la
producción y capacidad agroindustrial ociosa.
4.2. Empleo intensivo de mano de obra familiar (no o
poco remunerada) en las explotaciones que, en el caso de los menores,
interfiere con sus posibilidades de acceder a educación superior a la
obligatoria. Escasa e inadecuada capacitación de recursos humanos.
4.3. Progresiva pauperización de la población rural,
que responde presionando aún más los recursos naturales o haciendo abandono del
campo, lo cual puede llegar a suponer problemas crecientes en el ambiente
urbano.
4.4. En el medio urbano, el problema ambiental más
sentido es el de la contaminación por polvo en suspensión, en aumento como
resultado de la disminución de la cobertura vegetal. Se puede conjeturar un
aumento de casos de alergia o enfermedades de las vías respiratorias en
general.
Figura 29: Esquema del proceso retroalimentado de
degradación ecológica y social en el Bolsón de Pipanaco.
5. Hechos positivos
Debido a que los habitantes de los centros de poder local están comenzando a asumir los desafíos que impone la globalización de la economía, se observa una reacción de los mecanismos sociológicos del desarrollo: a nivel interno, movilización y empuje de la élite local, aliciente a la radicación de capitales de riesgo y elevación del poder político potencial. A nivel externo, adecuada intervención subsidiaria directa e indirecta del poder provincial y nacional (Programas Cambio Rural y de Reconversión varietal, entre otros), mejoramiento global de la red de telecomunicaciones y mayor integración territorial.
Tanto a nivel regional como provincial se observa una creciente preocupación (aunque no todavía ocupación) por la condición ambiental, que comienza a ser considerada en los planes de gobierno.
b) Prognosis.
(Pronóstico).
Si
se continúa con el sistema productivo tradicional carente de bases ecológicas y
olvidadas las raíces culturales nativas, obviamente se agravará la situación
ecológica, aumentará la problemática ambiental urbana y serán mayores las
tensiones sociales.
En
razón de la mayor retención de población que se está dando en los últimos años,
el alto porcentaje de población joven y la elevada tasa de natalidad (junto con
la tendencia al abandono del campo) puede preverse un salto demográfico
importante en las principales localidades del Bolsón, que ya ha dejado de tener
saldo migratorio negativo.
El
crecimiento poblacional exigirá, en el corto o mediano plazo, el
correspondiente crecimiento en infraestructura y servicios (viviendas,
electricidad, agua potabilizada, lugares en las escuelas y centros de salud,
etc.).
Considerando
la asistencia escolar actual y las mayores oportunidades de acceso al ciclo
secundario para los habitantes de las ciudades, puede suponerse que aquel salto
demográfico irá unido a una elevación de la cantidad de población educada, con
mayor independencia de criterio y capacidad de presión sobre las autoridades
locales; esto puede determinar que el siempre escaso presupuesto público se
canalice hacia el mejoramiento del ambiente urbano, descuidando aún más las
necesidades del sector rural.
También
será necesario generar fuentes de ocupación e ingresos que eviten la formación
de cinturones de miseria en torno a las principales poblaciones del Bolsón de
Pipanaco.
El
fortalecimiento de la estructura económica es factible, ya que la región se
encuentra hoy en una situación potencial similar a la que determinó su
prosperidad en el siglo pasado, tanto en lo que hace a los escenarios externos
como a los internos (aunque con un ambiente social y ecológicamente degradado),
pero las inversiones que se están realizando no son por sí mismas, suficientes
para garantizar el desarrollo sustentable del área.
Las
empresas que se están radicando en la región (nuevos emprendimientos
productivos) son sociedades anónimas. Para éstas, la actividad agropecuaria es
una más dentro de sus múltiples inversiones y el principal atractivo de aquélla
es la posibilidad que otorga de diferir impuestos. Resulta difícil prever si
permanecerán en la región cuando el beneficio se acabe. Pero aún suponiendo que
su radicación sea definitiva, no generan mucho empleo y, antes bien, pueden
contribuir al desempleo pues los pequeños productores no podrán competir con
ellas. Además, por ser muy tecnificadas, requieren personal capacitado.
Los
vacíos de información sobre la real disponibilidad de recursos hídricos
subterráneos, pone un gran signo de interrogación sobre la continuidad en el
largo plazo de los nuevos emprendimientos, así como en el impacto ambiental que
ocasionará el uso consuntivo de agua a gran escala.
Al
respecto, urge determinar la recarga promedio periódica a fin de ajustar
volúmenes de extracción. Más importante aún (por la dependencia del bosque
nativo con las napas freáticas) es evaluar la repercusión del bombeo sobre el
potencial hidráulico y la distancia óptima entre pozos.
Hasta
tanto se efectúen estudios en tal sentido, las autoridades locales deberían
actuar con gran prudencia y, en virtud de la experiencia proporcionada por el
pasado reciente, procurar que una parte sustancial de las regalías mineras se
reinviertan en un mejor conocimiento, recuperación y mejoramiento del capital
natural.
CAPÍTULO 11: PROPUESTA
DE ORDENAMIENTO Y PLANIFICACIÓN DEL ESPACIO. ESTRATEGIAS DE CONSERVACIÓN
Y RECUPERACIÓN DEL AMBIENTE NATURAL Y SOCIAL
Dadas
las restricciones y posibilidades detectadas, se propone:
- Reservar un espacio vital para los pequeños y
medianos productores agrícolas en el lugar fisiográfico que actualmente ocupan
(Conos aluviales) y evitarle la competencia con las grandes empresas. Estas
muestran una marcada preferencia por el olivo, mientras que aquéllos tienen
mayor tradición en especias (comino, anís, pimiento para pimentón) y nogal.
Debería mantenerse esta diferenciación, incorporando tecnología adecuada a la
capacidad económica y escasa superficie que los pequeños productores laboran.
Algo muy simple, como es la selección de semillas, ayudaría a aumentar los
rendimientos. Una alternativa innovadora puede ser el cultivo organopónico,
sobre el que la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de
Catamarca está desarrollando considerable experiencia, que podría trasladar por
medio de las Delegaciones Universitarias existentes en el Bolsón.
Las
autoridades competentes tendrían que imponer el fiel cumplimiento de la Ley de
Aguas de la Provincia, que regula el uso del agua para regadío (Ley N° 2577) y mejorar
sustancialmente el sistema de conducción, a fin de eficientizar el uso del
recurso hídrico.
- Destinar a los proyectos agrícolas de diferimiento
impositivo sólo el sector correspondiente a los Abanicos Aluviales (menos
dotados de infraestructura y menos poblados que los Conos) y las Bajadas. Esto
obligaría a los capitales cuya tributación se difiere a realizar una efectiva
colonización del territorio.
Recomendar
que se evite la erradicación del jarillal hasta tanto el cultivo implantado
asegure mejor cobertura. Debería exigirse que la instalación de barreras
rompevientos sea previo a cualquier movimiento del suelo y no en forma simultánea
o posterior, como ocurre actualmente.
A
modo de aliciente, se propone incluir dentro del régimen de diferimiento
impositivo, beneficios especiales (por ejemplo, mayor tiempo de diferimiento)
para quienes contemplen en sus proyectos pautas de rehabilitación de tierras
degradadas, recuperación de recursos naturales bióticos y/o conservación y
mejoramiento de la calidad del ambiente. También a aquellos que, a través de su
personal calificado, presten gratuitamente servicios de asesoría y/o capacitación
a las empresas menores, particularmente en temas relativos a gerenciamiento,
comercialización, presentación del producto, etc. Esto podría canalizarse a través de las
Agronomías de Zona (dándole la forma de talleres o seminarios regulares) y no
es demasiado utópico si no se crea competencia entre unas y otras y se estimula
el espíritu solidario.
- Propiciar en los Paisajes que lo admitan (todos, a
excepción quizás del Campo de médanos) el cultivo de alfalfa con triple
propósito (semilla, forraje y mejoramiento del suelo), sobre el cual hubo
tradición y existen ecotipos zonales.
- Desalentar el uso ganadero de los Conos aluviales
(salvo cerdos en condiciones de encierro) permitiendo sólo aquellos animales
que se utilizan como fuerza de trabajo. Además de una mejor conservación de la
estabilidad edáfica, esto limitaría el consumo de leche no pasteurizada,
presunta transmisora de Brucela spp..
En
los Abanicos aluviales y Campo de médanos debería exigirse un muy estricto
control del ganado y obligar el manejo rotativo; idealmente, exclusión de todo
tipo de uso en el Campo de médanos hasta tanto se rehabiliten y/o se
establezcan pautas de manejo ganadero que no lesionen el medio natural.
- Promover el cambio de ganado bovino por caprino en
los Paisajes que admiten un uso ganadero (todos, excepto el Campo de médanos).
Esta propuesta podrá ser muy resistida debido a los preconceptos existentes
pero se fundamenta en los hábitos dietarios de cada tipo de ganado y en las
estrategias desarrolladas por la vegetación consumida.
El
ganado caprino es esencialmente ramoneador y los arbustos presentan una
estabilidad de resistencia (capacidad de mantener su estructura y
funcionamiento en una situación de estrés) al consumo; son de follaje resinoso
(jarillas), sabor amargo o salado (atamisqui, algarrobo negro, jume, zampas),
micrófilas o tempranamente áfilas (retamo, pichanilla) espinescentes
(rodajillos, brea, lata, tintitaco, garabatos, etc) y las cabras consumen el
follaje, frutos (sin afectar las semillas) y ramas tiernas; la forrajimasa de
cada individuo es así sensiblemente menor a su biomasa aérea total. Sin
embargo, la estabilidad de resistencia implica poca capacidad de recuperarse si
la perturbación es lo bastante intensa como para destruirla, por lo cual
requiere de un cuidadoso ajuste entre cantidad de caprinos y sustentabilidad
del arbustal. Esto requeriría estudiar la productividad de los arbustos, hoy
desconocida.
El
bovino es pastoreador y las hierbas han desarrollado una estabilidad de
elasticidad o resiliencia (capacidad de recuperarse con cierta rapidez cuando
la perturbación cesa) de modo que la eliminación de este tipo de ganado
permitiría intentar con mayor expectativa de éxito ensayos de resiembra.
También requiere experimentación y obtención de germoplasma nativo, no
disponible en el mercado.
- Estimular el mejoramiento genético del caprino,
aspecto sobre el que la Estación de Caprinotecnia del INTA, con sede en la
capital provincial, puede colaborar.
- Erradicar la brucelosis, tomando todas las medidas
que sean necesarias, pues ello mejorará el mercado para cabritos y quesos,
deprimido hoy por la falta de confianza en la sanidad animal.
- Difundir el concepto y alentar el establecimiento
de reservas forrajeras en todos los Paisajes. Estimativamente, una hectárea de
reserva forrajera permitiría aliviar 20 o más hectáreas de campo abierto. A
nivel provincial hay experiencias desarrolladas para comunidades rurales
marginales (de muy bajo costo, sustituyendo el alambrado por cercos de cardón o
ramas espinescentes) y con especies poco exigentes en agua (Cenchrus ciliaris), tolerantes a la
salinidad (Atriplex nummularia)
y apetecidas por el ganado. Requeriría
una previa capacitación de los agentes extensionistas locales en técnicas de
recolección y conservación de semillas, en el caso de los pastos y propagación
por semilla o agámica de los arbustos.
- Prohibir la exportación de todo tipo de producto
forestal aunque permitiendo, en forma controlada, su consumo interno. Esta
medida no será suficiente para recuperar la superficie boscosa por lo que se
recomienda complementarla con plantaciones tanto de algarrobos como de otros
árboles de crecimiento más rápido, allí donde haya disponibilidad de agua.
- Promover la sustitución de energía biótica (árboles,
arbustos) por energía solar y eólica. La alta heliofanía y fuertes vientos
imperantes en el Bolsón son propicios para estas alternativas y en la Facultad
de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Catamarca existe experiencia
respecto a modos y tecnologías de conversión.
- Articular el interior del Bolsón (Bajadas y Campo
de derrame) con los Conos y Abanicos aluviales. Se propone el trazado de por lo
menos un camino, que vincule las localidades de Saujíl y Londres en forma
aproximadamente recta, atravesando la mayor cantidad posible de Parajes. Esto
permitiría mayores posibilidades de acceso a educación y salud para los
habitantes de los Puestos, mejor oportunidad de comercializar sus productos y
alguna adopción tecnológica. Si se admite que la ignorancia y la pobreza son
causales de sobreexplotación del bosque, no habría razón para temer que un
camino como el propuesto pueda llegar a constituir una amenaza (por ejemplo,
una nueva y mejor vía de saca de productos forestales). Debe considerarse que
el Puestero es el que más aprecia al árbol y tiene plena conciencia del valor
de un algarrobo en pie frente a un algarrobo apeado. No obstante, será
necesario hacer un esfuerzo de pedagogía y cambiar la cultura de la
desforestación por una cultura de forestación y reforestación (requiere
capacitación).
- Establecer una estación experimental,
preferentemente en el Campo de Derrame y Bajadas e idealmente con el aporte de
la Universidad, el INTA, la Secretaría del Ambiente y las Direcciones de
Agronomía y Bosques. Se propone a estos Paisajes en particular ya que en los
Conos y Abanicos es posible el desarrollo de la agricultura con mediano a bajo
costo, mejorando o haciendo más eficiente la infraestructura existente. Para
ello hay alternativas tecnológicas conocidas y disponibles en el mercado.
Tecnologías
de manejo ganadero extensivo en condiciones de escasa o nula infraestructura,
así como de domesticación de especies vegetales y animales propias de zonas
áridas y gestión integral del bosque nativo, están menos desarrolladas. Sería
necesario realizar estudios de producción y productividad de especies leñosas
nativas, revalorizar usos no extractivos y establecer ensayos de repoblación e
introducción de especies (herbáceas y leñosas) nativas y exóticas adaptables a
la región (poco exigentes en agua). Esto es, seleccionar operadores de
transformación y definir estrategias de aplicación.
Se
sugiere que la Secretaría del Ambiente de la provincia declare al Bolsón como
modelo o Area Piloto de acciones en la Lucha contra la Desertificación,
buscando fuentes externas de financiamiento para su implementación.
- Elaborar algún instrumento legal para el
saneamiento de títulos, que no implique costosos juicios de expropiación para
el Estado ni grandes erogaciones por mensura para el tenedor o derechoso. Esto
se menciona en último término porque la tenencia precaria de la tierra es más
una consecuencia que una causa del deterioro ambiental y sólo uno de los
numerosos obstáculos para una puesta en producción racional y eficaz de las
tierras.
- A
nivel urbano, prever el crecimiento poblacional y de infraestructura, así como
de sitios de acumulación y tratamiento de residuos urbanos. Promocionar el
turismo alternativo (turismo ecológico, turismo arqueológico, turismo de
aventuras) en las áreas montañosas próximas. Esto último requiere apoyar las
tareas de restauración arqueológica, alentar el resurgimiento de la artesanía,
preparar lugares de campamento, con vías cómodas de acceso y también
capacitación de recursos humanos en lo que se refiere a la atención integral al
turista.
CAPÍTULO 12: RECOMENDACIONES GENERALES
Para
que las propuestas de ordenamiento tengan oportunidad de ser exitosas, las
autoridades locales deberían:
- Instalar el debate en el seno de la sociedad,
enfatizando en el carácter holocenótico del ambiente y las funciones ecológicas
de las distintas comunidades vegetales; utilizar para ello los distintos medios
de comunicación masivos, dando prioridad a los problemas locales antes que a
los globales. Esto requerirá concientización y capacitación previa de
comunicadores sociales respecto a los mensajes a transmitir.
- Mantener la mayor heterogeneidad posible en el uso
del espacio (producción estabilizante frente a adversidades climáticas y/o
tendencias del mercado).
- Sincerar las estadísticas y relevar con la mayor
exactitud posible la existencia ganadera real.
- Prestar especial atención al agua subterránea,
encargando la elaboración de mapas de isopiezas (equipotenciales y líneas de
flujo) y de vulnerabilidad de acuíferos frente a posibles elementos
contaminantes. Ello a su vez facilitará una mejor programación territorial.
- Consensuar la gestión científica, técnica y
política en las diversas jurisdicciones que comprende el Bolsón de Pipanaco, en
arreglo con la administración central, configurando una red homogénea de
información sobre aspectos ambientales
- Establecer monitoreos ambientales periódicos y
publicitar sus resultados.
- Adecuar la oferta educativa secundaria y terciaria
a las reales necesidades y potencial productivo de la región (orientaciones
agrotécnica, agroforestal, forestal-pastoril; gerenciamiento, informática,
idiomas; elaboración secundaria de materia prima, captación de mercados y
adecuación de la oferta; artes y oficios).
- Asumir que la lucha contra la desertificación es
también la lucha contra la pobreza y la marginalidad; en razón de ello, los
mayores esfuerzos del sector público deberían orientarse a solucionar los
problemas del medio social. Respecto al medio natural, el gobierno cuenta con
dos herramientas fundamentales para orientar y reorientar conductas sociales:
la educación y la legislación.
La
educación, como forma del desarrollo de conocimientos y hábitos de
comportamiento diferentes de los actuales. La legislación, como regulador
preventivo o coactivo de conductas indeseadas.
A
condición de poner en juego tales instrumentos, sería posible derivar hacia el
sector privado más capitalizado, mediante estímulos fiscales, restricciones
legales y fiscalización permanente, la resolución de la mayor parte de los
desequilibrios del medio natural.
BIBLIOGRAFÍA
ACEÑOLAZA, F. y TOSELLI, A., 1981: Geología del
Noroeste Argentino. Facultad de Ciencias Naturales. Universidad Nacional de
Tucumán.
AGÜERO VERA, J.Z., 1972: Divinidades diaguitas.
Cuadernos Humanitas N° 41.
Universidad Nacional de Tucumán.
ARGERICH,F.R., PASTORIZA, R.T. Y BREPPE, J.A., 1978:
Proceso económico catamarqueño. En: Geografía de Catamarca. Sociedad Argentina
de Estudios Geográficos, Serie Especial N° 5. Pág. 135 - 154.
ATLAS TOTAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, 1983: Atlas Demográfico Nos. 60 a 65. Centro Editor de América Latina.
ATLAS TOTAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, 1983: Atlas
físico N° 13.
Centro Editor de América Latina.
BRAILOVSKY, D.E. y FOGUELMAN, D., 1984: Españoles e
Incas ante la Naturaleza. En "Todo es Historia" N° 209. Buenos Aires. Pág.
74-85.
BURMEISTER, H. 1944: Viaje por los Estados del
Plata, 1857 - 1860, Tomo II. Unión Germánica de la Argentina, Buenos Aires.
CABRERA, A.L., 1976: Regiones Fitogeográficas
Argentinas. Fascículo 1. Tomo II. Enciclopedia Argentina de Agricultura y
Jardinería. Editorial ACME.
CABRERA, A.L. y WILLINK, A., 1973: Biogeografía de
América Latina. OEA.
CALELLA, H., 1986: Características de la actividad
ganadera en la provincia de La Rioja. V Reunión de intercambio tecnológico en
zonas áridas y semiáridas. Orientación Gráfica Editora, Buenos Aires. Pág.
154-174.
CAMINOS, R., 1979: Sierras Pampeanas
Noroccidentales: Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y San Juan. En
"Geología Regional Argentina". Academia Nacional de Ciencias.
Córdoba.
CAVILLON, J., 1982: Cuenca del Salar de Pipanaco.
Estudio Hidrogeológico. Dpto. de Tecnología. UNCa. (Inédito).
C.F.I., 1976: Estudio de los recursos naturales de
Argentina. Tomo 1o. Buenos Aires, Argentina.
C.F.I. - D.E.C., 1980: Producto Bruto Geográfico.
Catamarca.
CIOTTI, J.J., 1975: Encuesta Forestal, Dpto.
Andalgalá. Dirección de Agricultura y Bosques, Catamarca.
CRESPI, G., DAVILA, C., 1992. Asistencia técnica para
la formulación e implementación del programa de asistencia y desarrollo de la
economía de la provincia de Catamarca. Ministerio de Producción y Desarrollo -
CFI.
da SILVA, H. et
al, 1983. Cartografía de Reconocimiento de Suelos de la provincia de Catamarca.
I: Valle de Catamarca. Actas de la 9a. Reunión Argentina de las Ciencias del
Suelo. Mar del Plata, Argentina.
de FINA, A. et al, 1959: Difusión Geográfica de
Cultivos Indices en las provincias de Catamarca y La Rioja y sus causas. INTA
(SEAG) Buenos Aires.
de FINA, A.,1992: Aptitud Agroclimática de la
República Argentina. Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. Buenos
Aires. (ISBN 9500068-5)
de la ORDEN, E., 1994: Documento de Justificación
del Programa Provincial. Provincia de Catamarca. Informe Inédito.
DIRECCION DE AGRICULTURA - INSTITUTO FORESTAL
NACIONAL, 1984: Inventario Forestal Cuartel Salar de Pipanaco. Informe inédito.
DIEMS, 1993: Estadísticas de Planeamiento Educativo.
Catamarca.
DIRECCION DE ESTADISTICAS Y CENSOS DE CATAMARCA,
1994: Anuario Estadístico '91 y 2001.
INDEC - DEC.
DIRECCION DE HIDRAULICA, DEPARTAMENTO DE AGUAS
SUBTERRANEAS, 1983: Informe sobre las condiciones hidrogeológicas del paraje La
Isla. Informe inédito.
DIRECCION DE HIDRAULICA, DEPARTAMENTO DE AGUAS
SUBTERRANEAS, 1993: Prospección Geoeléctrica en Campo del Pajonal. Informe
inédito.
FACTOR, A., 1982: Programa Provincial para el uso
del agua. CFI - Gobierno de Catamarca.
FERNANDEZ, E., 1984: Estudio detallado de suelos en
el "Abanico Saujíl-Siján". En : "Plan Dasocrático, Fracción 2,
Bolsón de Pipanaco". Informe Técnico presentado a la Dirección Provincial
de Agricultura y Bosques (Catamarca).
FORERO, M.C. 1981: Levantamiento de cobertura
terrestre y uso de la tierra. Centro Interamericano de Fotointerpretación (CIAF).
Ministerio de Obras Públicas. Bogotá, Colombia.
FRATI,E., LUQUE, E., RUEDA,M., 1988: Censo Nacional
Agropecuario 1988. Resultados definitivos provincia de Catamarca. INDEC - SUSER
- DEC.
GASTO, J. et
al, 1980: Planteamiento metodológico de la investigación para el desarrollo
del árido argentino. En Deserta N° 6. CRICYT - IADIZA. Mendoza, Argentina.
GONZALEZ BONORINO, F., 1950: Geología y Petrografía
de las Hojas 12d (Capillitas) y 13d (Andalgalá), Catamarca. Dirección General
de Industria y Minería. Bol. 70. Buenos
Aires.
GONZALEZ BONORINO, F., 1951: Descripción Geológica
de la Hoja 12e (Aconquija). Provincias de Catamarca y Tucumán. Dirección
Nacional de Geología y Minería. Bol. 75. Buenos
Aires.
HUECK, K. 1950: Estudio ecológico y fitosociológico de
los médanos de Cafayate, Salta. Posibilidades de su fijación. Lilloa XXIII.
Pág. 63 - 115.
HUECK, K, 1951: Dos problemas fitogeográficos de la
cuenca de Andalgalá (provincia de Catamarca). Boletín de la Sociedad Argentina
de Botánica. Vol. VII (4), pág. 224-234.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICAS Y CENSOS, 1982:
Censo Nacional de Población y Vivienda 1980. Buenos Aires.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICAS Y CENSOS, 1993.
Censo Nacional de Población y Vivienda 1991. Buenos Aires.
IRURZUN, J.F., 1978: Contribución al conocimiento
del clima de la Provincia de Catamarca. En: Geografía de Catamarca. Sociedad
Argentina de Estudios Geográficos, Serie Especial N° 5. Pág. 43-81.
KARLIN, U.O., MORLANS, M.C., 1981: Delimitación de
Zonas Agro-ecológicas para la Determinación de Unidades Económicas en Campo de
Londres, Catamarca. Informe Técnico presentado a la Dirección Provincial de
Catastro.
KARLIN, U.O., 1984: Fauna nativa. En : "Plan
Dasocrático, Fracción 2, Bolsón de Pipanaco". Informe Técnico presentado a
la Dirección Provincial de Agricultura y Bosques, Catamarca.
KARLIN, U.O. y DIAZ, R., 1984: Potencialidad y
manejo de Algarrobos en el Arido Subtropical Argentino. SECYT. Bs. As.
KARLIN, U.O. et
al , 1997 . La naturaleza y el hombre en los Valles áridos del noroeste
argentino. Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Córdoba.
(En Prensa).
LATZINA, F., 1889: L'Agriculture et l'élevage dans la
République Argentina. Edit. Moullot, París, Fr,
LONG, G., 1974: Diagnostic phito-écologique et aménagement
du territoire. I. Principes généraux et méthodes. Masson et Cie.
LUBCHENCO et al,
1991. The sustainable biosphere
initiative: an ecological research agenda. In:
Ecology 72 (2), pág. 371-412.
LUQUE, E., PISKULICH, R., R. DE AGUERO, C., RUEDA,
M., 1990: Diagnóstico y perfil de proyecto para el oeste catamarqueño. Unidad
Integrada Catamarca FCA-INTA-SAG. Subunidad de Socioeconomía Rural.
MIATELLO, R.A., 1960: Migraciones de población de la
provincia de Catamarca con referencia a las migraciones internas de la
República Argentina. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACION, 1994: Censo de
estudiantes de Universidades Nacionales. Resultados definitivos Universidad
Nacional de Catamarca. CIN - INDEC, Buenos Aires.
MINISTERIO DE BIENESTAR SOCIAL, 1991: Estadísticas
de Salud de la Provincia de Catamarca.
MORELLO, J., 1955: Estudios Botánicos de las
Regiones Aridas Argentinas II. Transpiración de los arbustos resinosos de
follaje permanente del Monte. Revista Agronómica del NOA 1: 385-524.
MORELLO, J.
1958: La Provincia Fitogeográfica del Monte. Op. Lilloana II. Tucumán.
MORLANS M.C., GUICHON, B.,1988: Las Regiones
Fitogeográficas de Catamarca y el estado y uso de los recursos vegetales, en
"El deterioro del ambiente en la Argentina". FECIC ‑ PROSA (: 216‑224)
MORLANS, M.C., 1993: Medio Ambiente. Aproximación
conceptual y ética. Rev. Obra (3) :12-14.
MORLANS, M.C., GUICHON, B., 1995: Reconocimiento
ecológico de la provincia de Catamarca I: Valle de Catamarca. Vegetación y
fisiografía. En Rev. de Ciencia y Técnica UNCa., Vol. I N° 1, pág.15 - 50. (ISSN 0328-431X)
MORLANS, M.C., 1995: Regiones naturales de
Catamarca: Provincias Geológicas y Provincias Fitogeográficas. En: Rev. de
Ciencia y Técnica UNCa. Vol. II N° 2, pág. 1 - 42. (ISSN 0328-431X)
MORLANS, M.C., DE LA ORDEN, E., GUICHON, B. y DIAZ,
N., 1996: Reconocimiento ecológico de la provincia de Catamarca. II:
fisiografía y vegetación del Bolsón de Fiambalá. En: Rev. de Ciencia y Técnica
UNCa., Vol. III N° 4, pág. 1-18. (ISSN 0328-431X).
MUELLER-DOMBOIS, D., ELLEMBERG, H., 1974: Aims
and methods of vegetation ecology. XX.
J. Wiley and Sons. N.Y. USA.
NOGUES, E.M., 1995: Determinación de los índices
productivos en una majada caprina en condiciones tradicionales de explotación.
Rev. de Ciencia y Técnica UNCa., Vol. I N° 1, pág. 3-13.
NOGUES, J.A., 1985: Régimen de tenencia de la tierra
y productividad. IV Reunión de intercambio tecnológico en zonas áridas y
semiáridas. Orientación Gráfica Editora, Buenos Aires. Pág. 181-215.
OGAS, R. et al,
1992: Relevamiento expeditivo de suelos en áreas agrícolas del oeste
catamarqueño. Facultad de Ciencias Agrarias (UNCa) - Dirección de Agricultura
(Catamarca).
ORIANS, H.O. Y SOLBRIG, O.T., 1977: Convergent
evolution in warm deserts. US/IBF Synthesis Serie 3. Ed. Dowden, Hutchinson
& Ross, Inc.
PLAN DE EVALUACION DE AGUAS SUBTERRANEAS (P.E.A.S.),
1976: Planillas de Perforaciones N° 29, 30, 38, 52 y 53. Gobierno de Catamarca.
PLAN ESTRATEGICO CONSENSUADO, 1995: Documento 1:
Propuesta de Diagnóstico Integrado y Ejes Estratégicos. Subsecretaría de
Planificación y Control de Gestión. Provincia de Catamarca.
PLAN ESTRETEGICO CONSENSUADO, 1996: Documento 2:
Ejes y objetivos estratégicos. Identificación de ideas de proyectos. Ministerio
de Produccion y Desarrollo, Prov. de Catamarca.
PNUMA, 1995: Fichas informativas de la Secretaría
Provisional para la Convención de Lucha contra la Desertificación (CCD).
Chátelaine, Suiza.
RAFFINO, R.A. et
al, 1985: Hualfín, El Shincal, Watungasta. Tres casos de urbanización Inka
en el NOA. Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología N° 10. Pág. 425-455.
RIVEROS E. et
al, 1979: Metodología de Análisis y Estudio de Ecosistemas
Silvoagropecuarios Aridos de México. Rev. de la U.A. Antonio Narro. El
Saltillo, México.
ROSSI, C., 1984: Comercialización de caprinos y sus
subproductos en la provincia de Catamarca. III Reunión de intercambio
tecnológico en zonas áridas y semiáridas. Orientación Gráfica Editora, Buenos
Aires. Pág. 160-169.
RUEDA, M.E. 1992. Proyecto mujer en Catamarca. En
"Trabajando con mujeres campesinas en el noroeste argentino. Aportes al
enfoque de género en el desarrollo rural". IICA, pág. 88-98.
SALVATIERRA de DESJARDINS, D.N. 1978: Incidencia de
la actividad minera en la economía de la provincia de Catamarca. Perspectivas.
En: Geografía de Catamarca. Sociedad Argentina de Estudios Geográficos, Serie
Especial N° 5.
Pág. 241-256.
SEJENOVICH, H. et
al, 1988: Documento Base. 1er Seminario Nacional sobre Universidad y Medio
Ambiente. La Plata, R.A.
SERVICIO METEOROLOGICO NACIONAL, 1958: Estadísticas
Climatológicas 1941/50. Publ. Serie B.1, N° 3.
SERVICIO METEOROLOGICO NACIONAL, 1972: Estadísticas
Climatológicas 1951/60. Publ. Serie B.1, N° 6.
SIMPSON, B.B., 1977: Mesquite: its biology in
two deserts ecosystems. Serie IBP4. Ed. Dowden, Hutchinson & Ross, Inc.
SOIL SURVEY STAFF, 1951: Soil Survey Manual.
Handbook N° 18. USDA, Washington DC.
SOSIC, M.V., 1973: Descripción Geológica de la Hoja
14e, Salar de Pipanaco. Serv.
Nac. Min. Geol. Bol. 137. Bs. As.
TIMMERMANN,
J., 1984: Inventario Forestal. En : "Plan
Dasocrático, Fracción 2, Bolsón de Pipanaco". Informe Técnico presentado a
la Dirección Provincial de Agricultura y Bosques, Catamarca.
VAN ZUIDAM, R. et al, 1979: Terrain analysis and classification using aerial
photographs. ITC Texbook of Photointerpretation, Vol. VII, Chapter 6.
VERVOORST, F.B., 1954: Observaciones ecológicas y
fitosociológicas en el bosque de algarrobos del Pilciao, Catamarca. Tesis
Doctoral. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad Nacional de
Buenos Aires.
VILLOTTA, H. 1992: El sistema CIAF de clasificación
fisiográfica del terreno. Revista CIAF 13 (1): 55-70.
WEYNS, M. 1980: Estudio Geomorfológico de la Zona de
Andalgalá. Proyecto NOA Hídrico - Provincia de Catamarca.
Siglas y abreviaturas
C.F.I.: Consejo Federal de Inversiones.
CNA'88: Censo Nacional Agropecuario 1988
DAP: Diámetro a la altura del pecho
DEC: Dirección de Estadísticas y Censos.
DIEMS: Dirección de Enseñanza Media y Superior.
Dpto.: Departamento.
EAPs: Explotaciones Agropecuarias.
FCA: Facultad de Ciencias Agrarias.
INDEC: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
INTA: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
NOA: Noroeste Argentino.
Pcia.: Provincia.
PEAS: Plan de Evaluación de Aguas Subterrráneas.
RAS: Relación de adsorción de Sodio.
Sas: Sierras.
SUSER: Subunidad de Socioeconomía Rural
UNCa: Universidad Nacional de Catamarca.
ANEXOS
1. Lista de especies o
géneros citados
a) Flora
Acacia aroma (tusca)
Acacia furcatispina (garabato
macho)
Acacia visco (viscote, arca)
Allenrolfea vaginata (jumecillos)
Aristida adscensionis, A. mendocina
Atamisquea emarginata (atamisqui)
Atriplex lampa, A. argentina, A. cordobensis (zampas)
Atriplex nummularia (cachiyuyo, exótica)
Baccharis salicifolia (chilca)
Bouteloua aristidoides, B. barbata
Bulnesia retamo
(retamo)
Cassia aphylla (pichanilla)
Cenchrus ciliaris (pasto Salinas, exótica)
Cercidium australe (brea)
Chloris castilloniana, Chloris sp.
Digitaria californica
Eragrostis sp.
Geoffroea decorticans (chañar)
Gomphrena martiana (solo)
Grabowskia duplicata
Heterostachys
ritteriana (jumecillo)
Jatropha spp. (higuerillas)
Larrea cuneifolia (jarilla)
Larrea divaricata (jarilla)
Maytenus viscifolia
Mimosa farinosa (schinqui)
Mimozyganthus carinatus (lata)
Neosparton aphyllum (solupe), N.
ephedroides
Opuntia sulphurea, O. glomerata,
O. papiracantha (cáctus)
Panicum
urvilleanum (cebollín)
Pappophorum
sp.
Plectrocarpa
tetracantha P.
rougesii (rodajillos)
Prosopidastrum globosum
Prosopis argentina (taco de zorro).
Prosopis chilensis (algarrobo blanco)
Prosopis flexuosa (algarrobo negro)
Prosopis torquata (tintitaco)
Prosopis strombulifera (mastuerzo)
Setaria cordobensis, Setaria spp
Sporobolus
rigens (junquillo), S. pyramidatus.
Suaeda divaricata (jume)
Tessaria dodonaefolia (chilca)
Trichloris sp.
Trichomaria usillo (puscana, usillo)
Ximenia americana (pata, albaricoquillo)
Zuccagnia punctata
b) Fauna
Boa constrictor (boa de las vizcacheras).
Bothrops spp. (yarará
grande y chica).
Conepatus chinga (zorrino).
Crotalus (víbora de casacabel).
Chaetopractus
vellerosus (quirquincho).
Chelonoidis chilensis (tortuga de tierra).
Chinchilla spp. (chinchilla).
Chlamyphorus truncatus (pichi-ciego).
Desmodus, Myotis, Lasirius, Histiotus (murciélagos y vampiros).
Didelphys azarae (comadreja overa).
Dolichotis patagomun
centricola (mara o liebre patagónica).
Dusicyon griseus
gracilis (zorro).
Eudromia elegans (martineta).
Felis concolor (puma o león americano).
Lagidium viscacea (chinchillón).
Lagostomus maximus (vizcacha).
Lama glama (llama)
Lama guanacoe (guanaco)
Letosaurus, Liolaemus
(lagartijas).
Lyncodon patagonicus (huroncito).
Marmosa pusilla (marmosa).
Micrurus (víbora de coral).
Nothoprocta cinerascens, N.
pentlandii (perdices).
Nothura darwinii (perdíz chica).
Phyllotis spp., Peromyscus
spp. (lauchas, ratas).
Pterocnemia pennata (ñandú petizo).
Rhea americana (ñandú).
Tropidurus (chelcos).
Tupinambis (lagartos).
Vicugna vicugna (vicuña)
No hay comentarios:
Publicar un comentario